El mango ataúlfo, una fruta 100% chiapaneca

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El “mango perfecto” tiene su origen en una finca en Soconusco, Chiapas

Red de corresponsales

México es un país rico en diversidad cultural, lingüística y natural. Dentro de sus recursos se encuentra una gran variedad de climas, regiones y ambientes que permiten el desarrollo de una amplia variedad de elementos que dotan de identidad a toda la República Mexicana. 

Gracias a su posición geográfica, en México se ha dado una gran lista de recursos endémicos, como el cacao, el agave, el chile, la flor de cempasúchil o la flor de nochebuena. 

Uno de los productos endémicos de mayor importancia en el territorio nacional es el maíz; cereal primordial en la dieta de los mexicanos, por lo que se cultiva en todos los estados del país. También, otro alimento importante en la dieta mexicana es el aguacate, el cual -por su sabor único y textura peculiar- es el fruto más importante el cual ha tenido un gran crecimiento dentro de los mercados internacionales.

No obstante, no todos los alimentos que se consumen en México y el mundo vienen directamente de la naturaleza, pues desde hace varios años la humanidad ha influido genéticamente en muchos de ellos por diversas razones: para que crezcan más rápido, para que sean más grandes o para que sean más atractivos estéticamente. 

Uno de esos frutos modificados fue el mango ataúlfo, llamado así por Ataúlfo Morales, el ingeniero agrónomo que lo creó. 

México cuenta con la denominación de origen de dicha fruta debido a que fue creada en este país, específicamente en Soconusco, Chiapas. Aunque, cabe señalar que el mango originalmente se dio en Asia, especialmente en Birmania y la India. 

Incluso, los primeros mangos que llegaron a México lo hicieron en el año 1779 desde Filipinas. El galeón de Manila fue el encargado de realizar la hazaña al transportar el fruto desde el puerto de Manila hasta al puerto de Acapulco, en México. 

Ataúlfo Morales Gordillo fue un productor chiapaneco que experimentó con diversos injertos en sus árboles de mangos, alrededor del año 1963. No obstante, fue hasta 2003 que a México se le otorgó la denominación de origen a este alimento.

El mango ataúlfo tiene la peculiaridad de ser dulce y refrescante. Se compone de un 69% de pulpa, 9% de cáscara y un 8.5% de semilla, siendo una de las variantes de mago con mayor masa aprovechable. Sumado a ello, la pulpa no presenta acidez como otros tipos de mago. 

De acuerdo con una versión de la historia, Ataúlfo Morales adquirió unas tierras en el Soconusco chiapaneco en el año 1948, en donde ya habían algunos árboles de mango. No obstante, fue hasta diez años después que, con ayuda del agrónomo Héctor Cano Flores, comenzó a experimentar con nuevos injertos, dando como resultado el mango ataúlfo que se conoce hoy en día. 

Por su parte, hay quien afirma que el mango ataúlfo, con las características que hoy goza, ya se encontraba en los árboles de la finca que adquirió Morales Gordillo. En tanto, habría sido Cano Flores quien replicaría genéticamente el fruto y lo nombraría así en honor al dueño de las tierras.

Lo cierto es que, sea cual sea la historia, el mango ataúlfo no deja de tener su origen en la región del Soconusco, Chiapas.

En México la temporada de mango comienza en febrero y dura hasta agosto; en este período las condiciones climáticas favorecen su cultivo, las cuales deben ser tropicales con lluvias. Las entidades federativas en donde puede producirse son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Campeche, Michoacán, Sinaloa, Nayarit, Colima y Jalisco. 

Se estima que en la actualidad la producción de mango ataúlfo se encuentra por encima de las 150 toneladas anuales, siendo uno de los frutos mexicanos con mayor demanda en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. 

En tanto, la declaración de Protección a la Denominación de Origen del mango ataúlfo del Soconusco, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 4 de agosto del 2003.