Investigadores de Sinaloa cobran por encontrar desaparecidos: buscadoras

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Investigadores de Sinaloa cobran por encontrar desaparecidos: buscadoras

Una madre pagó 40 mil pesos a ministerio público a cambio de dar con el paradero de sus hijos desaparecidos

Red de corresponsales

Luego de 3 días de intensa revisión de carpetas de investigación de desapariciones forzadas a las que les da seguimiento el colectivo Sabuesos Guerreras, madres de las víctimas denunciaron ante la Fiscal General del Estado, Sara Bruna Quiñonez Estrada, una serie de irregularidades por parte de agentes investigadores, peritos y ministerios públicos.

Entre estas irregularidades están el cobro ilegal para localización de dos hermanos, así como investigaciones “patito” basadas en redes sociales para dar con familiares sin tener pruebas, hasta retardos en los muestreos de ADN y malos tratos.

El caso de presunta extorsión de un ministerio público quizá es la más grave de todas. Desde 2010, los hermanos Luis Eduardo y Jesús Ángel Ontiveros Campos se reportaron como desaparecidos ante la Fiscalía General del Estado.

Pasaron 8 años para que los investigadores recabaran un poco de información en su caso, sin embargo, desde el 2018 a la fecha la carpeta de investigación se ha quedado estancada y no ha habido una sola pista que a sus familiares les ayude a dar con su paradero.

DE CARA A LA FISCAL

Durante una reunión que se celebró en la sala principal de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas, la madre de estos jóvenes, quien prefirió el anonimato, denunció haber sido estafada por uno de los ministerios públicos que en alguna ocasión llevó su caso.

Dijo que fue un agente de apellido Olguín, quien les solicitó 30 mil pesos para entregarle a sus hijos, vivos o muertos. Sin embargo, tras recibir el dinero, el elemento de la Fiscalía no les dio acceso a la carpeta de investigación y quedó sin más información.

Falsas expectativas

Mirtha busca a su hijo José Manuel Mancillas desde el 2017; en su caso, los investigadores le han dado falsas expectativas de que está con vida, sin embargo lo extraño de este caso, es que la línea de investigación, se siguió en base a comentario de publicaciones en la red social Facebook.

“Hay cosas en el expediente que yo no veo con fundamento, dice que se sabe de un paradero de mi hijo y está por escrito, cuando a mí nadie me ha notificado y dicen que está con vida, entonces cuáles son los modelos de investigación”, mencionó Mirtha.

Pérdida de tiempo

La mayoría de las madres de familia, señalaron haber pasado por tardanzas en procesos como lo son: muestreos de ADN, además de la investigación de sujetos implicados en las desapariciones.

“Luego de 10 años de mi caso, apenas el año pasado nos hicieron la prueba de ADN, porque nunca nos informaron”, comentó otra madre.

“En cuanto se abrió la carpeta de investigación, nos realizamos la prueba de ADN, nosotros somos de Angostura, pasaron 3 meses y preguntamos qué había pasado, nos dijeron que todavía no enviaban las pruebas a analizar”, mencionaron algunas.

En promedio, fueron alrededor de 40 madres de familia las que tuvieron participación frente a Bruna Quiñonez.

Se compromete la fiscal

Por su parte, la fiscal Quiñones Estrada reconoció las problemáticas que las madres expusieron, comprometiéndose a darle seguimiento a los casos, y a brindar mayor atención a las ilegalidades cometidas por sus trabajadores.

“Es imposible no ser empática con ustedes, entiendo como mujer y como titular de la Fiscalía, la situación por la que estaba pasando, quiero reiterarles en cuanto a Fiscalía haremos todo lo que nos corresponde para encontrarlos”, dijo.

Por su parte, el Vicefiscal en materia de Desapariciones, José Luis Leyva Rochin, explicó que esta revisión de expedientes tuvo duración de 4 meses, una actividad que se realiza de manera bimestral con el colectivo Sabuesos Guerreras.

Mencionó que en esta ocasión, se revisaron 45 expedientes de un mundo de alrededor de 600 que aglutina el colectivo.

Ahí en la Vice fiscalía, quedaron plasmados los rostros de alrededor de 600 tesoros, mientras que sus familiares exigieron justicia al ritmo de cantos y oraciones como: “Vivas se los llevaron, vivos los queremos”.