Julio César Chávez convivió con narcotraficantes de México

0
28
  • “El César del Boxeo” festejó en grande su victoria contra el “Macho” Camacho y reunió a algunos de los capos más importantes en el mundo de la droga mexicana

Redacción

El legado de Julio César Chávez se extiende a lo largo de sus 13 años años invicto, con un récord demoledor de 107 victorias, seis derrotas y dos empates, pero sobre todo por convertirse en uno de los atletas con mayor arraigo en la afición mexicana.

A pesar de su extraordinaria trayectoria llena de títulos en el mundo del boxeo, uno de sus mayores distintivos radica en su vida fuera del cuadrilátero, ya que el Señor Nocaut siempre ha estado vinculado a los excesos, especialmente los relacionados con la drogadicción, que en palabras del propio Chávez, fueron la principal causante de su decadencia profesional.

Debido a la inmensa popularidad que tuvo durante sus mejores años de carrera, las puertas de muchos narcotraficantes de peso se abrieron de par en par, quienes empezaron a buscar a Julio César por tratarse del orgullo nacional alrededor del mundo por su gran habilidad boxística.

Uno de los puntos más álgidos de esta relación con el narcotráfico se vivió un 12 de septiembre de 1992, cuando en medio de una fiesta mexicana en Las Vegas, Nevada, el pugilista mexicano reunió a los pesos pesados de la droga mexicana luego un histórico combate.

Fue tras derrotar por decisión unánime a Héctor el Macho Camacho en el Thomas & Mack Center, triunfo con el que retuvo el título superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y que sirvió para marcar un antes y un después en su vida personal, ya que fue la noche que probó la cocaína por primera vez.

Esta anécdota, muy conocida por los fanáticos más recalcitrantes de Julio César Chávez, abrió un capítulo más interno sobre cómo fue la celebración, ya que en entrevista con Yordi Rosado, el ex campeón mundial reveló las familias narcotraficantes con las que convivió aquella noche.

Uno de los puntos más álgidos de esta relación con el narcotráfico se vivió un 12 de septiembre de 1992, cuando en medio de una fiesta mexicana en Las Vegas, Nevada, el pugilista mexicano reunió a los pesos pesados de la droga mexicana luego un histórico combate.

Fue tras derrotar por decisión unánime a Héctor el Macho Camacho en el Thomas & Mack Center, triunfo con el que retuvo el título superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y que sirvió para marcar un antes y un después en su vida personal, ya que fue la noche que probó la cocaína por primera vez.

  • “El día que le gané al Macho Camacho, había como mil años de cárcel. Estaban los Arellano Félix, El Güero Palma, Amado Carillo, Chapo Guzmán, El Azul y el Mayo Zambada, todos querían conocerme.”

Por si este calibre de visitas fuera poco, Chávez confirmó que aquella noche “se drogó” por primera vez, pero su obsesión llegó a tal grado, que se atrevió a faltarles el respeto con tal de conseguir un poco más del producto que quería consumir.

“Yo estaba loco, porque fue el día que me drogué. Todos hablaban de la pelea de Macho Camacho, hasta que yo me enfadé, yo lo que quería era perico. Había como 300 cabrones armados, pero nadie traía perico”, afirmó durante la entrevista.

  • “Yo dije ‘como nadie trae perico, váyanse a la chingada’, ‘no, espérate ahorita te conseguimos’ me dijeron”

Esas fueron las palabras que expresó a algunos de los referentes en el mundo del narcotráfico, quienes se encontraban en Las Vegas como aficionados al boxeo y que querían convivir con JC, algo que consiguieron en reiteradas ocasiones posteriormente.

Tras este encuentro, algunas familias del narco tuvieron una disputa y se separaron las amistades; sin embargo, Chávez mantuvo amistad con todos y presumió que siempre lo respetaron a pesar de las diferencias.

“Ellos sabían que yo era amigo de todos, a mí siempre me respetaron. La relación muy buena con ellos, siempre me respetaron, yo era muy amigo de los Arellano”, afirmó durante la entrevista, algo que incluso se confirmó antes de pelear contra Greg Haugen en 1993, cuando saltó al ring acompañado de Francisco Arellano Félix.

La anécdota finalizó cuando el Gran Campeón Mexicano reveló la calidad de obsequios que recibía por parte de estos personajes: “Me regalaban la droga, diamantes, relojes, me decían ‘es un regalo, cabrón’. Tengo joyas, todavía tengo unos guantecitos que me dio Pancho Arellano, que cuestan 80 mil dólares”, sentenció.