Científicos hallaron una posible explicación al COVID prolongado

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Científicos hallaron una posible explicación al COVID prolongado

Red de corresponsales.

Investigadores alemanes descubrieron que el virus SARS-CoV-2 puede causar cambios en el tamaño y rigidez de las células sanguíneas, lo que podría detener el correcto flujo de oxígeno por el cuerpo durante meses, generando problemas respiratorios, fatiga y dolor de cabeza.

Los cambios en las células sanguíneas causados por el virus SARS-CoV-2 podrían explicar por qué tantos pacientes sufren de COVID prolongado o “Long COVID, advirtió un nuevo estudio científico.

Investigadores alemanes descubrieron que el virus altera el tamaño y la rigidez de los glóbulos rojos y blancos, lo que dificulta la obtención de oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo.

Se trata de un estudio en 55 personas, publicado en la revista científica Cells Biophysical Journal que encontró que estos cambios pueden durar varios meses, lo que podría ser el detonante de por qué muchos pacientes con coronavirus se vuelven “transportistas”

Los científicos Markéta Kubánková, Bettina Hohberger, Jakob Hoffmanns, Martin Herrmann, Jochen Guck y Martin Kräter, autores del documento, creen que la interrupción del flujo de oxígeno es la raíz de los síntomas comunes que afectan a los pacientes con COVID durante mucho tiempo: problemas respiratorios, cansancio y dolores de cabeza, integran el “combo” de cuadros frecuentes observados en personas recuperadas de la fase aguda de la afección.

Pero estas alteraciones físicas de las células sanguíneas también pueden explicar por qué algunos pacientes con COVID-19 muy enfermos desarrollan coágulos de sangre o sufren daños en los órganos. Los investigadores del Centro Max Planck de Física y Medicina en Alemania, que hicieron el hallazgo, analizaron muestras de sangre de pacientes actuales y anteriores con coronavirus y las compararon con voluntarios sanos.

“Long Covid” es un término general que abarca síntomas que persisten durante más de un mes y aún, a pesar de la gran cantidad de investigación al respecto, no se comprenden bien.

Los investigadores observaron que los voluntarios que tenían COVID-19 sufrían una circulación sanguínea más deficiente, un transporte de oxígeno limitado y posibles coágulos de sangre. “Todos estos son fenómenos en los que las células sanguíneas y sus propiedades físicas juegan un papel clave”, resaltaron en el paper científico.

¿Qué síntomas se encuadran dentro del COVID-19 prolongado? La mayoría de los pacientes con coronavirus se recuperarán en quince días, sufrirán fiebre, tos y perderán el sentido del olfato o el gusto durante varios días.

Sin embargo, la evidencia está comenzando a mostrar que los síntomas reveladores del virus pueden persistir durante semanas en los ‘transportistas largos’, el término para pacientes plagados de complicaciones duraderas.

Los datos de la aplicación Covid Symptom Study, del King’s College London y la compañía de salud Zoe, sugieren que una de cada diez personas aún puede tener síntomas después de tres semanas, y algunas pueden sufrir durante meses.

Los síntomas a largo plazo incluyen cansancio crónico; disnea (dificultad para respirar); frecuencia cardíaca elevada; alucinaciones; insomnio; pérdida del gusto/olfato; nefropatías (enfermedades y patologías que afectan al riñón); problemas de movilidad; dolores de cabeza; dolores musculares y fiebres.

Para aquellos con una enfermedad más grave, investigadores italianos que rastrearon a 143 personas que habían sido hospitalizadas con la enfermedad encontraron que casi el 90 por ciento todavía tenía síntomas, incluida la fatiga, dos meses después de la primera vez que se sintieron mal.

Las quejas más comunes vistas en este relevamiento fueron fatiga, dificultad para respirar y dolor en las articulaciones, todos los cuales se informaron durante su batalla con la enfermedad.

Los científicos examinaron más de cuatro millones de células sanguíneas de 17 pacientes gravemente enfermos con COVID de entre 41 y 87 años, de 14 personas de 27 a 76 que se recuperaron y de 24 personas sanas de 26 a 81 años como grupo de comparación.

Midieron la forma de los glóbulos rojos y blancos con una cámara microscópica y analizaron los datos en una computadora.

Se descubrió que los glóbulos rojos, vitales para transportar oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo, tienen tamaños y formas drásticamente diferentes en los pacientes con COVID.

Los investigadores creen que esto puede hacer que la sangre se acumule y, por lo tanto, sea más difícil llevar oxígeno al cuerpo.

Además, encontraron que el tamaño y la forma de los glóbulos blancos, una parte clave del sistema inmunológico, en pacientes con el virus también estaban deformados en pacientes con coronavirus.

Los autores del documento creen que la combinación de daño tanto a los glóbulos rojos como a los blancos estaba detrás del Long COVID.

Por ejemplo, durante mayo y en el Reino Unido, se descubrió que casi un millón de personas experimentaban COVID prolongado, definido como síntomas que duran más de cuatro semanas después de la infección, según  la Oficina de Estadísticas Nacionales.

Se estima que 385.000 estaban luchando con los síntomas persistentes que habían continuado desde el verano pasado.

Alrededor de dos tercios de las personas con COVID prolongado dijeron que restringía su capacidad para realizar las actividades diarias. Los síntomas incluyen insuficiencia orgánica, cansancio, dificultad para respirar, caída del cabello y confusión mental.

La fatiga fue el síntoma más común, que afectó a unas 535.000 personas, seguido de dificultad para respirar en 397.000 y dolor muscular en 309.000.