Dicen que son diferentes, pero son igualitos o peores. Dijeron que no habría privilegios para los amigos y vaya que mintieron completamente.
Basta revisar los medios de comunicación para observar que no hay día en que no aparezca el nombre de uno de tantos halagadores al gobierno morenista recibiendo un encargo público.
Hábiles como pocos, sembraron zalamería durante el gobierno anterior, y hoy como próceres de la patria reciben premios que les aseguran un sexenio con trabajo fijo, buen sueldo e impunidad.
Solo vea, dónde factura el odioso Carlos Pozos, o dónde fue colocada la siempre acomodaticia Fernanda Tapia o desde donde cobra la señora Juncal y se dará cuenta de lo que le digo.
Y la lista es más grande aún. Todo por un hueso. No que muy diferentes. Son peores.