Enfermedad renal crónica, décima causa de muerte en México: Inegi / Por Alicia Valverde

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Esta enfermedad es una amenaza silenciosa no presenta síntomas específicos, por lo que la persona debe estar alerta a señales como fatiga y debilidad generalizada, hinchazón en los tobillos y pies, así como modificaciones en la cantidad y aspecto de la orina como ser espumosa o con sangre y necesidad frecuente y urgente de ir al baño en la noche, advirtió el nefrólogo Juan Manuel Ardavín Ituarte

La enfermedad renal crónica (ERC) es una amenaza que avanza silenciosamente por lo que generalmente se diagnostica en etapas avanzadas cuando ya se requieren de servicios de sustitución renal como diálisis, hemodiálisis o incluso trasplante, ante lo cual es fundamental fomentar su diagnóstico temprano porque los riñones “no duelen” como erróneamente se piensa.

Así lo expuso el doctor Juan Manuel Ardavín Ituarte, médico internista y nefrólogo por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, quien detalló que, si bien, la enfermedad renal no presenta síntomas específicos, se debe estar alerta a señales como fatiga y debilidad generalizada, hinchazón en las extremidades- especialmente en los tobillos y pies–, así como necesidad frecuente y urgente de orinar –particularmente en la noche–.

El director general de Médica Santa Carmen –una institución especializada en enfermedad renal– agregó que otras alertas pueden ser: tener náusea y vómito, pérdida de apetito y pérdida de peso involuntaria, picazón en la piel y/o cambios en la textura o coloración de la misma, además de modificaciones en la cantidad y aspecto de la orina la cual puede ser espumosa o con sangre. Esta enfermedad representa la décima causa de muerte, según Inegi, abundó.

Medición de creatinina y urea, estudios esenciales

Además, Ardavín Ituarte detalló que se podrían presentar también: dificultad para concentrarse y problemas de memoria, dolores de cabeza persistentes, calambres musculares, debilidad muscular e, incluso, alteraciones en el sueño, como insomnio o apnea del sueño.

El responsable de Médica Santa Carmen, que se ubica dentro del Centro Médico ABC, Campus Santa Fe, aclaró que para detectar oportunamente la enfermedad renal crónica se realizan algunos estudios sencillos y de fácil acceso, como son la medición de creatinina y urea mediante un análisis de sangre, además de un examen general de orina, con la inherente valoración médica oportuna donde se realiza un cuestionario al paciente y una exploración física.

“Los estudios y exámenes deben ser realizados y evaluados por un médico especialista en nefrología, por lo que, si se tiene sospecha de la existencia de la enfermedad renal crónica o se presentan síntomas relacionados, es fundamental buscar la atención médica para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado y personalizado”, concluyó.

Por su parte, el doctor Sergio Hernández, director médico de Médica Santa Carmen, explicó que los servicios de sustitución renal son complejos y requieren de estrictas medidas sanitarias para evitar infecciones que pueden ser incluso mortales.

Sociedad debe priorizar la prevención y el cuidado renal

Hernández Estrada, especialista certificado por los Consejos Médicos de Medicina Interna y Nefrología, apuntó a manera de ejemplo que la hemodiálisis requiere de múltiples procesos y sistemas para que sea segura, pero sobre todo para ofrecer al paciente los beneficios que espera obtener, como son: el mejorar su calidad de vida, mantenerse libre de complicaciones y vivir más tiempo.

El también miembro de la Sociedad Española de Trasplantes, la Sociedad Mexicana de Trasplantes, la American Society of Nephrology y del Instituto Mexicano de Investigaciones Nefrológicas, explicó que las máquinas de hemodiálisis deben mantenerse en condicione óptimas con revisiones periódicas y limpieza completa después de cada tratamiento de hemodiálisis.

Finalmente, el doctor Juan Manuel Ardavín hizo un llamado a la sociedad para priorizar la prevención y el cuidado renal, al destacar que la enfermedad renal crónica no solo afecta a quienes la padecen, sino que también genera un impacto profundo en sus familias y la salud pública.