Por Alejandro Durán
A pesar de que la inflación comienza a mostrar señales a la baja, existe el riesgo de que el descenso pueda ser más lento que lo esperado, consideran analistas de Citibanamex.
Por medio de un estudio, los economistas de la institución financiera comentaron que las presiones inflacionarias disminuyeron durante el primer trimestre del año, pero se mantienen altas para la subyacente.
“México ha promediado una inflación general anual de 7.6 por ciento en el primer trimestre de 2023; en general, las presiones sobre los precios subyacentes se mantuvieron elevadas y generalizadas, pero empezamos a ver una disminución lenta de la inflación anual”, señaló.
Por medio de un estudio, los analistas de Citibanamex comentaron que la inflación general fue menor a su estimación por tercera quincena consecutiva en la primera mitad de marzo, destacando las sorpresas en los precios de las mercancías y la electricidad.
“Los resultados recientes podrían implicar una caída ligeramente más rápida de lo estimado de la inflación hacia adelante. Sin embargo, esperaríamos los datos de las próximas quincenas para confirmar esa tendencia, debido a que las cifras de inflación tienden a ser relativamente más volátiles en periodos vacacionales”, comentaron.
Bajo dicho contexto, los economistas estiman que la inflación continúe disminuyendo en 2023., pues en general, consideran que las presiones agregadas sobre los precios subyacentes disminuirán lentamente, a medida que los efectos de la menor inflación mundial de alimentos sin procesar y mercancías, y la desaceleración de la demanda interna, se verán parcialmente limitados por una alta inercia de los precios.
“Estimamos que la inflación subyacente anual disminuya gradualmente hacia 5.4 por ciento al cierre de año; anticipamos que la inflación no subyacente se mantenga relativamente estable, con una tasa anual al cierre de año en 4.6 por ciento; de esta manera, seguimos proyectando la inflación general en 5.2 por ciento al cierre de 2023”, comentaron.
Aun así, advirtieron que siguen existiendo riesgos al alza para la inflación, pues durante los próximos meses existen diferentes factores que podrían implicar presiones inflacionarias elevadas persistentes: la inercia de los precios, las presiones del consumo y los salarios sobre los precios subyacentes, y precios internacionales potencialmente más altos de lo esperado, “que podrían materializar una caída de la inflación más lenta que la proyectada actualmente”.